Los lujos de la familia March.

Domingo 12 de Junio de 1955.

ECOS DE SOCIEDAD. Puesta de largo de María Gloria March Delgado.

Palma de Mallorca 13. Ha sido puesta de largo María Gloria March Delgado.
Los señores de March Servera atienden, a todos por igual, con llana simpatía, en ordenado trato democrático, dentro de las diferentes jerarquías.
Éramos muchos los invitados. Para todos hubo una atención. Y no quedó olvidado el campo mallorquín, tan sediento siempre. Para él hubo una fiesta de agua, que no deslució, ni mucho menos, la maravillosa también preparada para recibir a María Gloria. Llovió. Fue una gracia el don del agua, que lo imprevisto, a veces, es lo que da nota pintoresca, sin romper la armonía. Porque luego lucieron las estrellas y un pedazo de luna estuvo colgado sobre el fondo negro del cielo como un elemento más en la fantasmagoría de Viudes.

Los marqueses de Villaverde asistieron a la fiesta, y con ellos los tenientes generales Castejón, Espinosa y Esteban-Infantes, el primero, capitán general del archipiélago.
Se anunció el comienzo de la fiesta. Sobre la pista reluciente, María Gloria, vestida de blanco, con un doble hilo de perlas como collar, con un cinturón con pálidas rosas, bailaba con su padre, D. Juan March Servera el vals primero. Con ella entraba en sociedad María Teresa Ferrandis, hija de los marqueses de Valverde, de la Casa de Medina Sidonia, que bailó con su hermano Salvador. En seguida otras parejas. La amplia pista se pobló de juveniles parejas. Se sirvió la cena. El escenario donde actuaban las orquestas de Bernard Hilda y Ray Martino se hallaba frente al palacio, de traza española, con influencia italiana. Centenares de mesas. El baile no se interrumpe. Han venido del extranjero números escogidos para animar la velada. La cantante italiana Eleonora Cerli va diciendo sus canciones. Actúa también Gilbert Becaud. La agrupación folklórica Aires de Montanya, hace una exhibición, de bailes mallorquines. Luego el ballet negro de Claude Marchant, llegado de Nueva York expresamente para esta fiesta, se hacía aplaudir largamente, como todos los números anteriores. Ha pasado la noche. Estamos ya en la madrugada, que se ofrece serena. Se ha pasado el tiempo en este bello sueño de S’Avall. Hay dentro del palacio, en su patio de honor, un escenario para el «flamenco y en uno de los rincones se ha instalado la Taberna». Sigue la gente joven, incansable, pugnando por causar a las orquestas. Los salones altos y bajos del palacio son recorridos una vez más. Allí, otro jardín: las ofrendas a María Gloria. De las paredes prenden los lienzos valiosos, los tapices.
En una de las explanadas está abierto el buffet. Es un alarde de la cocina y la repostería española… y de la universal. Frente no cesan de asar pollos. Sigue en función, con la más delicada de las tácticas, el ejercito de camareros.
Cuando ya se ha hecho día claro se abre la chocolatería. Y se sigue bailando, y María, Gloria y su hermana Leonor, con sus padres, las señores de March Servera Delgado Roses, atendiendo a los invitados. Patriarcal, sencillo, D, Juan March y Ordines, en la puerta del palacio, recibe el homenaje de gratitud y respeto de quienes han sido invitados por sus hijos a la puesta de largo de su segunda nieta. Ya ha amanecido el lunes. Regresamos a Palma. La gente va a sus tareas. En el puerto, buques de la Trasmediterránea. Trabajo. A la tarde. D. Juan March y Ordines toma el avión para Madrid. A trabajar también, sin cansarse: como la gente joven en la fiesta que él vio anoche, él tampoco descansará en este mismo día en que comunicamos a los lectores lo que fue la noche maravillosa de S’Avall. Nueve palabras que cifran un acontecimiento en la vida social española, que bien puede parangonarse con los que dejaron huellas en la historia de los tiempos más fastuosos. Ha tenido esta fiesta esplendor mediterráneo. Entronca con las relaciones maravillosas del Renacimiento: riqueza ordenada por el buen gusto y muy acorde con los tiempos, abriendo paso en la vida a María Gloria March el donativo hecho en su nombre, y como regalo a ella, por doña Leonor Servera de March Ordinas: un millón de pesetas puesto en manos del señor obispo para que éste, lo dedique al Patronato de Viviendas Económicas de Nuestra Señora de Lluch.
Aun guarda Madrid el recuerdo vivo de la fiesta con que se presentó en sociedad Leonor March Delgado, hermana de María Gloria. El escenario de esta fiesta ha sido el Predio S’Avall, una maravillosa finca, palacio, jardín y explotación agrícola modelo. Don Juan March Ordinas ve la segunda generación del linaje por él fundado asomarse a la vida y señorearla, pero le ha inculcado una sencillez de costumbres, dentro de la capacitación que impone la función social a que están llamados los descendientes del gran señor de las altas finanzas españolas de este siglo, que esa educación es garantía de perpetuidad y aun acrecentamiento.
Por la mañana hemos estado en el palacio de León Juan, en Palma de Mallorca, a la sombra severa de la Catedral y frente al mar abierto a todas las empresas, a la creación de riqueza. El palacio no intentamos describirlo porque sería vano empeño. A la noche hemos ido al Predio de S’Avall, a 52 kilómetros de Palma. Más de 1.500 invitados acuden a la fiesta. Para servirlos llegaron de Madrid 200 camareros y 20 cocineros. Más de 1.000 obreros han trabajado en la decoración de los jardines y han preparado un fastuoso escenario. Viudes ha hecho jugar 200.000 luces entre los jardines y los ventanales del palacio. En Mallorca no quedó una flor. De los jardines de la familia March, donde se cultivan las más raras variedades de orquídeas bajo el cuidado personal de doña Leonor Servera y de doña María del Carmen Delgado Roses, han sido llevadas las flores más bellas y raras. En avión han llegado de Barcelona cargamentos de flores, y de Holanda, también por vía aérea, otros cuantiosos y delicados envíos. En S’Avall ha habido una Exposición Internacional de floricultura, de joyería y alta costura. Los mejores modistos del mundo tenían allí, sobre soñados tallos de juventud, los más hermosos y finos modelos.
Van los automóviles en caravana interminable. A lo largo del camino se aprieta un pueblo deseoso de ver pasar el fantástico cortejo que va a dar su bienvenida a la vida social a María Gloria March Delgado. En Lluchmayor, en Campos y en Ses Satines se agolpa el vecindario. Vamos a través del campo mallorquín, entre almendros e higueras. A lo lejos se presiente ya, iluminando la noche, la constelación de S’Avall. Los guardas, uniformados, custodian el camino dentro de la finca. Hemos llegado. Aquí están hombres notables de todo el mundo, diplomáticos, financieros, aristócratas de abolengo, artistas, literatos, príncipes de la Milicia, periodistas, entre ellos, D. Juan Pujol, que lo es de honor, y quien lleva la voz de Radio Nacional.

Versión en ingles automática. Automatic English version. ….

ECHOES OF SOCIETY. Release of María Gloria March Delgado. Palma de Mallorca 13. María Gloria March Delgado has been released.
The gentlemen of March Servera serve, all equally, with plain sympathy, in orderly democratic treatment, within the different hierarchies.
We were many guests. For all there was an attention. And the Mallorcan countryside, always so thirsty, was not forgotten. For him there was a water party, which did not detract, far from it, the marvelous one also prepared to receive María Gloria. He rained. The gift of water was a grace, that the unforeseen, at times, is what gives a picturesque note, without breaking the harmony. Because then the stars shone and a piece of the moon hung over the black background of the sky as one more element in Viudes’ phantasmagoria.

The Marquis of Villaverde attended the party, and with them Lieutenant Generals Castejón, Espinosa and Esteban-Infantes, the first, captain general of the archipelago.

The start of the party was announced. On the glittering dance floor, María Gloria, dressed in white, with a double string of pearls as a necklace, with a belt with pale roses, danced with her father, Juan March Servera, the waltz first. Maria Teresa Ferrandis, daughter of the Marquises of Valverde, from the Casa de Medina Sidonia, who danced with hers, her brother, her Salvador, entered society with her. Soon other couples. The wide track was filled with young couples. Dinner was served. The stage where the Bernard Hilda and Ray Martino orchestras performed was in front of the palace, with a Spanish design, with Italian influence. Hundreds of tables. The dance is not interrupted. Selected numbers have come from abroad to liven up the evening. The Italian singer Eleonora Cerli is saying her songs. Gilbert Becaud also performs. The folk group Aires de Montanya, makes an exhibition of Mallorcan dances. Then Claude Marchant’s black ballet, arrived from New York expressly for this party, was applauded long, like all previous numbers. The night has passed. We are already at dawn, which is offered serene. Time has passed in this beautiful dream of S’Avall. There is inside the palace, in his courtyard of honor, a stage for «flamenco and in one of the corners the Tavern has been installed.» The young people continue, tireless, struggling to cause the orchestras. The upper and lower halls of the palace are once again toured. There, another garden: the offerings to María Gloria. Valuable canvases, tapestries, catch on from the walls.
The buffet is open on one of the esplanades. It is a boast of Spanish cuisine and pastries … and universal. In front they do not stop roasting chickens. The army of waiters continues to function, with the most delicate of tactics.

When the day is clear, the chocolate shop opens. And the dancing continues, and María, Gloria and her sister Leonor, with her parents, the gentlemen of March Servera Delgado Roses, attending to the guests. Patriarchal, simple, D, Juan March and Ordines, at the door of the palace, receives the tribute of gratitude and respect from those who have been invited by their children to the coming-of-age of their second granddaughter. It has already dawned on Monday. We return to Palma. People go to their tasks. In the port, ships of the Trasmediterránea. Job. In the afternoon. Mr. Juan March y Ordines takes the plane to Madrid. To work too, without getting tired: like the young people at the party he saw last night, he will not rest on this very day when we communicate to the readers what was the wonderful night of S’Avall. Nine words that encrypt an event in Spanish social life, which may well be compared with those that left traces in the history of the most magnificent times. This festival has had Mediterranean splendor. It connects with the marvelous relationships of the Renaissance: wealth ordered by good taste and very much in keeping with the times, making way in life for María Gloria March the donation made in her name, and as a gift to her, by Doña Leonor Servera de March Ordinas: one million pesetas placed in the hands of the bishop so that he can dedicate it to the Patronage of Economic Housing of Our Lady of Lluch.

Madrid still keeps the vivid memory of the party with which Leonor March Delgado, María Gloria’s sister, appeared in society. The setting for this festival has been the Predio S’Avall, a wonderful estate, palace, garden and model farm. Don Juan March Ordinas sees the second generation of the lineage founded by him peek into life and rule over it, but he has instilled in it a simplicity of customs, within the training imposed by the social function to which the descendants of the great lord of the highlands are called. Spanish finances of this century, that this education is a guarantee of perpetuity and even growth.

In the morning we were in the León Juan palace, in Palma de Mallorca, in the severe shadow of the Cathedral and facing the sea open to all companies, to the creation of wealth. We do not try to describe the palace because it would be a vain endeavor. At night we went to the Predio de S’Avall, 52 kilometers from Palma. More than 1,500 guests attend the party. 200 waiters and 20 cooks arrived from Madrid to serve them. More than 1,000 workers have worked on the decoration of the gardens and have prepared a lavish setting. Viudes has made 200,000 lights play between the gardens and the windows of the palace. In Mallorca there was not a flower. From the gardens of the March family, where the rarest varieties of orchids are grown under the personal care of Mrs. Leonor Servera and Mrs. María del Carmen Delgado Roses, the most beautiful and rare flowers have been brought. Shipments of flowers have arrived from Barcelona by plane, and other large and delicate shipments from Holland, also by air. In S’Avall there has been an International Exhibition of floriculture, jewelery and haute couture. The best couturiers in the world had there, on dreamed stems of youth, the most beautiful and fine models.

The cars go in an endless caravan. Along the way a town crowds together eager to see the fantastic procession that will welcome María Gloria March Delgado into social life. In Lluchmayor, Campos and Ses Satines the neighborhood is crowded. We go through the Mallorcan countryside, between almond and fig trees. In the distance, the constellation of S’Avall can already be sensed, illuminating the night. The uniformed guards guard the road inside the farm. We have arrived. Here are notable men from all over the world, diplomats, financiers, aristocrats of ancestry, artists, men of letters, princes of the Militia, journalists, among them, D. Juan Pujol, who is honored, and who carries the voice of Radio Nacional .

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